Las pestañas tienen un impacto significativo en nuestra apariencia y comunicación no verbal. No solo cumplen una función protectora al resguardar nuestros ojos del polvo, el sudor y otros elementos externos, sino que también son un elemento esencial en la expresión facial y la estética general del rostro.
La forma, longitud y densidad de las pestañas pueden influir en cómo se percibe la mirada. Unas pestañas largas y bien definidas pueden hacer que los ojos parezcan más grandes y expresivos, aportando una mayor intensidad y profundidad a la mirada.